Límpiese las lágrimas Doña Cata
Probablemente no es el momento adecuado para escribir… pero al fin de cuentas, si dividimos las veces que he dejado pasar la inspiración entre los momentos “correctamente” adecuados para escribir, el resultado favorece lo que estoy haciendo en este momento…
Escucharlo hablar es genial, en verdad, es 1 de las 2 voces que pueden apagar miedos en mí. Pero cuando lo escucho cantar (¡cantarme!) siento como si no hubiera otro sonido en toda la faz de la tierra que me de esta felicidad. Nunca antes había experimenta este tipo de bienestar, ni siquiera en aquellas veces tan intensas., y se que n o son afigurancias solamente.
Mientras canta paso de la sonrisa-estúpida-enamorada al estado feliz tonto, desde las lagrimas contenibles hasta las incontenibles…
Supongo (y no me importa si lo hago mal), que cualquiera en mi lugar tendría el corazón tan lleno de alegría y gratitud. No es cosa de todos los días, y se muy bien que no es un gozo que se le da todos los humanos; esto es en gran manera especial, sobrenatural y único.
Mejor me pongo a escuchar.